El mal

El bien sólo existe como consecuencia de la lucha contra y el triunfo sobre el mal. No me refiero aquí a la bondad, condición de individuos que libran su guerra particular contra el mal. No me refiero, pues, a la labor de Francisco Ferrer ni a la de las personas que hacen Cáritas, en una desigual contienda con las consecuencias del mal, con sus síntomas, no con sus causas, que pertenecen al terreno de los que mandan, incluso desde el más allá, como Mahoma.