La escena se desarrolla en el corazón de París un 18 de junio de 2014 al mediodía. Todos los comentarios han sido tenidos en cuenta. Marie (su verdadero nombre es otro) es el personaje central de este relato. Se trata de una cuarentona de extracción popular, ahora miembro de la pequeña burguesía educada, acompañada de su marido, disfruta un trago en la terraza de un café en la que dos viejos amigos conversan también.
Manifiestamente atraída por la charla dedicada a los gobiernos progresistas suramericanos, la situación de la izquierda en Francia y la situación política en general, luego de las elecciones europeas del 25 de mayo último, encabezadas por el Frente nacional (FN) en un clima fuertemente abstencionista, Marie se siente tentada a intervenir y lo hace cortésmente, en una conversación cuyo desarrollo conducirá a los protagonistas mucho más allá de lo imaginable…
Poco a poco un torbellino de palabras va cediendo paso a un intercambio edificado sobre diferentes temas. ¿Por qué las clases populares y más específicamente los electores de la izquierda se concentran cada vez más en la abstención? ¿Por qué la izquierda política y social sufre esas afrentas y un creciente aislamiento? ¿Podría ser que su marco de referencias sociales y culturales han dejado de tener vigencia luego de los históricos fracasos del movimiento obrero en Europa y la ruinosa transformación de la social-democracia en neoliberalismo? ¿Podría ser que las mutaciones del régimen económico hayan a tal punto fragmentado y licuado de tal modo a la clase trabajadora europea que ya no puede seguir siguiendo considerada como tal? ¿Se percibirán la lucha política y la conquista del poder estatal como acciones necesariamente limitadas dentro del régimen de mundialización de los flujos comerciales, de los financieros y de los de las decisiones?
Surgen nuevos temas. ¿Consideran, nuestros pueblos, que lo esencial de las decisiones que afectan su vida cotidiana y concreta no tiene ya lugar en el ámbito de lo discutible, en el de la “política”? ¿Desean que la soberanía, vaciada de sus contenidos y de su continente, sea recuperada, restaurada y fortalecida para que el sentido de la ciudadanía recupere su sentido? ¿Se mantendrá en el futuro el espacio público monopolizado por partidos de masas con vocación hegemónica o asistiremos a la aparición de la “política líquida”, prevista por Zygmunt Bauman, en la que cohabitará un abanico de partidos sin hegemonía central y menor representación pero con flujos entrantes y salientes de ciudadanos no comprometidos o comprometidos según formas de pertenencia y de acción no convencionales.
¿Por qué una formación de extrema derecha ha sustraído las propuestas patrimoniales de la izquierda republicana y social para descarriarla y ponerla pacientemente al servicio de un proyecto económico y social coherente en respuesta a la crisis sistémica: un capitalismo nacional dirigista que exigirá la sumisión y la desunión de los asalariados?
Marie:
(se presenta deslizando su encendedor sobre una mesa redonda)
Perdónenme, los estaba escuchando, sé que no está bien, pero nos interesa su conversación. A menudo le digo a mi marido: “Chávez tenía razón, hizo lo que alguien debería hacer aquí”. Tal vez sea criticable ciertamente, no lo sé, pero no es justa la manera como ha sido tratado por los medios. Pareciera que en América latina han hecho lo que había que hacer. Chávez tenía razón. Se le ha plantado a los Estados-Unidos. Por lo menos él ha defendido la soberanía de su país frente a todos los tratados internacionales que lo asfixiaban. Deberíamos hacer lo mismo aquí. No podemos hacer nada mientras tengamos todos esos tratados que nos juntan obligatoriamente. Ya sean los del Gran Mercado Transatlántico o los de la Unión europea. De todas maneras, lo más importante es que ya nada se decide aquí. Les oí mencionar a Le Monde Diplomatique un periódico verdaderamente excelente. Aunque no siempre es fácil leerlo, pero es muy sustancioso y habla de cosas que los demás no quieren mencionar. Es serio y se aprende mucho con él. ¡A mí me gusta mucho, lo leo desde hace años aunque no siempre lo lea íntegramente!
Les digo sin embargo que todos somos más o menos lo mismo. Somos de izquierda. Yo siempre voté a la izquierda (salvo en el 2002 por Jacques Chirac) o en contra. Pero cuando lo recuerdo me………..! En el 2005 me sentía feliz de votar en contra. Pero ¡ustedes ven lo que hicieron después! Ya fuera Sarkozy o ahora Hollande. Yo misma lo voté en el 2012 porque era necesario echar al otro, de otro modo era imposible, era demasiado. Pero ahora cuando veo lo sucedido me vuelvo loca. ¡Qué despreciable! Es aún peor, no hace nada de lo que prometió, nada. Les diré, yo siempre fui de izquierdas, pero ¡hacen lo mismo! Están igualmente a las órdenes de los mercados financieros, como todos.
Veo que ustedes aprecian a Mélenchon. También yo lo quiero, ciertamente, no lo voté en el 2012 pero voté al otro dos veces consecutivas para estar segura de dejar afuera a Sarkozy. Pero en realidad me hubiera gustado votar por él. ¿Pero qué es lo que le pasó? Pienso que ustedes no son lo bastante claros en algunos temas. Los discursos del Partido de izquierda y del Frente de izquierda se han vuelto inaudibles. Francamente lo repito; ¡inaudibles!
Primer amigo
Pero ¿por qué dice eso, en qué sentido?
Marie (con voz firme)
No está claro, no se entiende bien adonde quieren llegar. ¿Adentro o afuera? No son suficientemente radicales. Resulta muy complicado. No hay alternativa posible, hay que ser radical porque la situación lo exige, sino no se dice nada. ¿Qué opinan ustedes sobre Europa? ¿sobre el euro? Además no se entiende nada, ustedes están demasiado metidos en el sistema. En las elecciones municipales, la mitad de ustedes estaba, en muchos lugares, con el gobierno, la gente pensaba que finalmente estaban con ella. Ustedes critican, critican y no dejan de criticar; Mélenchon los fastidia al gobierno, pero ustedes lo apoyan. Así es como nosotros lo vemos.
Nosotros vivimos en Picardía, ¿conocen Picardía? Allí, sin embargo me da pena decirlo porque los apoyo, porque en el fondo estoy de acuerdo con ustedes, allí no existen, no se los oye. La gente no entiende lo que ustedes proponen, lo que quieren. Ustedes no se acuerdan de ellos, la verdadera izquierda ha abandonado a las clases populares. Es gente de bien, ustedes lo saben, pero está mal, no se la puede mirar desde arriba, está algo perdida, ciertamente. La política, la lucha, todo ha terminado pero hay que ayudarla, estar a su lado.
(Los ojos de Marie se llenan de lágrimas, en su amable rostro se enciende la ira, enrojece buscando la esperanza).
Amigo 1
Pero, perdóneme ¿a quién votó en las europeas?
Marie (Respira hondo para armarse de coraje, vuelve un poco la cabeza y reacciona con decisión).
Bien, se lo diré, esta vez voté por la gente que amo.
Amigo 1
¿Por el FN?
Marie
Y…sí, así es, es la primera vez que lo confieso, después de todo me hace bien, no quiero seguir ocultándolo.
(Marie mira a su marido, quién lo sabe y aprueba su franqueza)
Sí, los voté y créanme que cuando lo pienso ni yo misma lo creo. Y sin embargo lo hice y no lo lamento. Me vuelve loca ver lo que los partidos de izquierda o de derecha le han hecho a este país, a su gente, ¿comprenden? Y la izquierda es lo mismo, no se puede más.
Amigo 2
Sin embargo no estoy de acuerdo con usted, La izquierda no es lo mismo que la derecha. Observe las importantes reformas que ha hecho en el plano. Son importantes. Además yo voto por personas que saben dirigir las instituciones. No creo en un cambio ajeno a lo institucional. De modo que, finalmente, prefiero tener a la izquierda y no a la derecha en las instituciones.
Marie (Irritada)
¿La izquierda? Pero ¿usted cree que eso es lo que la gente espera de la izquierda? Bien, hacía falta hacer esas reformas, para mí no son un problema, por el contrario. Pero ¿es solo eso todo lo que puede ofrecer la izquierda a un pueblo que se esfuerza todos los días? ¿Las instituciones? Yo también podría creer en ellas si hubiera un dirigente capaz de asumir su conducción sin recibir órdenes de afuera. Pero ¡ya no pueden! ¡Es demasiado tarde! Insisto, las cosas importantes ya no se deciden aquí. Y aquí todos los dirigentes están alimentados por los lobbys con los que se tratan como compañeros en todos los niveles. En realidad están de acuerdo con las decisiones que toman otros, ¡los que verdaderamente mandan! ¡Son iguales!
(Marie, algo emocionada, habla un poco más gravemente)
Les diré, voté como la gente que amo, porque siempre voté como ella, por quienes la representan. Y hoy en día es así, es Marine. Pues sí, no había desafío nacional, solo un voto europeo. Voté por ella, junto al pueblo. Porque, ustedes saben, ese pueblo es despreciado, detestado, aún por parte de la izquierda. Marine Le Pen también es despreciada por quienes forman parte del sistema. Por lo tanto vota por ella porque sienten que ella también es como él, despreciada por el sistema.
(Marie se precipita)
Yo sé qué es lo que van a pensar de lo que voy a decirles ¿me comprenden? Escuchan mi acento, es claro que no soy parisina. Vivo en Picardía, pero mi familia era de Toulouse. Desciendo de una familia de españoles republicanos, por lo tanto (con lágrimas en los ojos) sé de qué se trata. No necesito lecciones ni sobre la extrema derecha ni sobre el fascismo. Sé muy bien de qué se trata. Sé muy bien lo duro que es.
Amigo 1
Pero la gente sabe muy bien que está votando a un partido de extrema derecha, de derecha y racista al mismo tiempo ¿no cree?
Marie
No, no es así, no es por eso que votan a Marine. Hay racismo, es cierto, pero es un racismo idiota, un racismo extraño. Y al mismo tiempo todo el mundo se halla mezclado, todos tienen un compañero, una compañera de origen magrebí, africano, asiático o de cualquier otro lugar. Algo mucho más común entre los jóvenes. Unos y otros la han votado como un solo grupo.
Hay algo más. La gente vota por ella porque se siente abandonada, despreciada por el sistema, porque cada día tiene menos. Si no es así, no continuarán siguiéndola, pero el problema es que no se ven otros dirigentes creíbles en su lugar. La izquierda y el Frente de Izquierda no son ni audibles ni creíbles. Le Pen ha estremecido a todo el mundo elegante, tiene un programa simple, concreto y en muchos aspectos hasta de izquierda. Porque ha basado su fortaleza en la recuperación de los temas que debería haber encarnado la izquierda. Ella no pierde el tiempo, al menos eso está claro: romper con los tratados que nos están matando, detener el libre comercio, proteger a los más débiles y ante una crisis como la que estamos viviendo en la que el trabajo es una rareza, no se puede alentar una competencia objetiva entre nuestros trabajadores y los que vienen desde del extranjero.
Amigo 1
Chávez en Venezuela ha reconocido siempre que los más débiles son siempre los Negros y los indígenas, lo que han debido emigrar de su tierra o los que fueron esclavizados para reemplazarlos. A partir de allí siempre afirmó que para defender y emancipar a los más pobres, es necesario que todos se hallen en un pie de igualdad, que tengan los mismos derechos y los mismos deberes. Nada de sub categorías entre ellos porque eso le hace el juego al sistema. Sobre eso no habla Le Pen.
Marie (distendida y sonriente)
Escúchenme, Marine no tiene un programa de derecha, desolada, eso es lo loco. Por ejemplo entre nosotros puedo decirle que ¡quienes defienden al Correo, son ellos! Han visto, defienden la huelga de los ferroviarios. Es cierto que ella pone el acento en lo nacional, sé muy bien lo que eso esconde, pero propone lo social para la gente del país. Es evidente que allí reside su fortaleza. Y los nacionales no son solo los galos sino todos los que tienen la nacionalidad francesa. También lo aclara.
Nota del autor
He dudado en reconstruir esta charla, bastante conmocionante para quienes la han vivido ¿es acaso una anécdota? Puede ser. Pero estamos tán seguros…
En un contexto de declinación de la participación popular en los ritos colectivos de la vida pública, el FN constituye manifiestamente (¿) – y paradojalmente – una última participación política para aquellos que aceptan jugar todavía el juego de las urnas. Se impone peligrosamente como el espacio que concentra todas las formas de expresión disponibles – politizadas o no orientadas – contra los poderes (económico, financiero, cultural, mediático, político) y sus consensos y en este perímetro, pareciera estar convirtiéndose en un frente de unidad popular en contra a ellos.
El anclaje del FN y el crecimiento de su influencia ideológica en la sociedad confirman el fracaso sin retorno de los partidos de centro del sistema político, de las élites y de un proyecto consensuado frente a sus electores tradicionales. Esta formación, desde ese punto de vista, traduce una verdadera sublevación cívica y política cuyo potente crecimiento está confirmándose.
En una futura etapa, todos los actores del centro del sistema tratarán de coaligarse bajo formas aún no definidas. El “modelo Renzi” como “gran coalición” renovada – o cuando la nueva generación oligárquica exitosa apoyada por el mundo industrial, financiero y mediático reemplace a la anterior comprometida con el período previo – ofrece una perspectiva probable para todos. Lo harán seguramente con la esperanza de salvar al sistema de la crisis pero nada garantiza que lo lograrán. El pueblo entra en disonancia, no escucha más a sus jefes cualesquiera fueren y de donde vinieren [5]. Pero ya no ama más a la “izquierda” demasiado asociada a este mundo. Sin duda, esta gravemente en peligro. ¿Llegaremos a ver la recomposición volcánica, tóxica y funesta de la “revolución nacional”?