Por Jorge Mendiola
El silencio de Rajoy respecto al escándalo de la colaboración del Gobierno con ETA comienza a hacerse ominoso porque hace cómplice al PP de las intenciones del Gobierno en esta segunda fase de la negociación, al murmullo de “queremos ser parte de la solución, no del problema”, mercancía averiada comprada al doble-lenguaje de la izquierda y los nacionalistas.
No debería dejar la Oposición (es decir, la única oposición a este estado de cosas ruinoso y miserable de Zapatero y su tropa, que es el PP con Mariano Rajoy a la cabeza), no debería dejar pasar ni un solo día más para exigir la dimisión del presidente del Gobierno y la convocatoria de elecciones, o para presentar una moción de censura que obligue por lo menos al Gobierno a adelantar las elecciones.
Hay que depurar las graves responsabilidades contraídas por Zapatero y su equipo en estos años, comenzando por las políticas y siguiendo por las penales, y las próximas elecciones municipales no serán precisamente una buena ocasión para ello por mucho que se nos presenten como la expresión del definitivo rechazo de este Gobierno por parte de una inmensa mayoría de votantes españoles.
Porque aquí, en esta parte de España que es el País Vasco, vamos a asistir otra vez a la entrada de ETA en las instituciones, como hace cuatro años, sin que ello suponga merma electoral a sus “compañeros de viaje” socialistas y nacionalistas.
¿Quiere esperar Rajoy a los hechos consumados para saber si dejarle a Zapatero el resto de la legislatura para solventar el “marrón” de “la paz”? ¿Acaso no tiene la suficiente confianza en la solución democrática y legal de la derrota de ETA mediante el Estado de Derecho? Entonces, ¿qué pinta el PP en el País Vasco… o en el Gobierno de España?
Las preguntas que muchos nos hacemos desde hace ya algún tiempo y a las que pensamos que Rajoy debe contestar, más aún si cabe después del incongruente fallo del Tribunal Constitucional.
–La batasunización del PSOE, por José María Marco
“En cambio, lo que sí se ha batasunizado es el PSOE. En la alianza con los nacionalistas de extrema izquierda, éstos han acabado haciéndose con la hegemonía mientras los socialistas han hecho suyos los argumentos y la actitud de la extrema izquierda nacionalista. La sentencia del Tribunal Constitucional llevará al PSOE a confundir aún más la realidad española con aquello en lo que él mismo se ha convertido. Es una percepción errónea. El PSOE parecerá cada vez más una falange de milicianas y milicianos fanatizados, excéntricos, alucinando una realidad que les resulta ajena. Ese será el legado de Rodríguez Zapatero. Ningún partido socialista en ninguna democracia avanzada se parece a éste”.